He visto una cuidad donde el tiempo parece detenerse: calles estrechas, vidas vividas que han pasado dejando su misterio velado, el encanto de los siglos. El vivir diario y ruidoso, con sus amaneceres frescos y llenos de pájaros. Vidas que han quedado impresas en los ojos de sus niños, de su vivir y sueños.
Dejemos a Fez como es. No queramos despertarla. Caminemos despacio por sus calles oliendo su aroma, guardando su sentir.
---------------------------------------