miércoles, 19 de octubre de 2016

Mi pequeño jardín. Mi jardín. abril. 2015

Mi jardín es pequeño. No tiene espacio para que crezcan bien las plantas que tengo sin estar unas encimas de las otras. No tiene orden ni concierto como se dice. Es un jardín anárquico, donde por encima de la parra se ven rosas en primavera, la dama de noche mezclada entre el hibisco deja su intenso perfume, por entre el rosal trepador salen las púas de mi gran cactus y la bignonia  se echa encima del limonero y el naranjo. Pero me gusta así, salvaje, casi selvático. Por las mañanas suelo echar pan a los pájaros que me esperan entre las jacarandas. No se asustan y comen en el pretil de la tapia peleándose unos con otros. Es mi terreno, mi sosiego, allí me gusta leer y descansar. Al anochecer, cuando llueve, salen los caracoles a pasear. Hay que tener cuidado de mirar para abajo antes de poner el pie para no pisarlos. Cuando cruje uno de ellos me siento culpable de quitar una vida, era su vida. Quiero olvidar y no puedo. Mañana vendrán otros, pero ése, no.